Por primera vez en Colombia se utiliza esta tecnología para monitorear a 15 individuos en el río Meta y con base en sus movimientos tomar acciones adicionales para su conservación.
PUERTO CARREÑO.- Estos reptiles, de vital porque dispersa frutas y semillas a lo largo de los ríos, en una actividad que ayuda en la renovación de la flora asociada con su hábitat, serán monitoreadas durante al menos un año, a lo largo del río Meta, donde también se realiza un seguimiento manual con un hidrófono que puede sumergirse, trabajo que complementa las señales recibidas por las estaciones.
El equipo de investigadores que realiza esta tarea trabaja en Casanare, Vichada y Arauca, dentro de las actividades del Proyecto Vida Silvestre, en alianza con la Fundación Omacha y Turtle Survival Alliance, con el apoyo de Ecopetrol, Fondo Acción y la Fundación Santo Domingo. Está dirigido, en el campo, por Mónica Nieto, quien está trabajando en la investigación para su Maestría en Biología, en la Universidad Nacional, con la asesoría científica de Germán Forero, director de Ciencias de WCS Colombia.
Según un infome publicado por WCS Colombia, el comportamiento de las tortugas sudaramericanas de río puede describirse como "conocido", cuando dejan el agua para anidar. Se sabe con certeza que cada año, aproximadamente entre diciembre y marzo, las hembras salen en masa a cavar sus nidos en las playas descubiertas por el río Meta cuando desciende su nivel, porque esta es una temporada de lluvias escasas.
Generalmente eligen playas altas y arenosas donde los huevos que depositan pueden tener, al menos, la esperanza de estar seguros y relativamente ocultos de los depredadores. Incluso se dice que, a veces, anidan en playas muy cercanas a donde, a su vez, anidaron sus antepasados. Pero cuando una tortuga de río sudamericana termina de poner sus huevos, se esconde y desaparece. Inmediatamente regresa al río, para reaparecer al año siguiente, impulsado por su ciclo reproductivo.
Pero, ¿qué pasa con ellas cuando regresan al río y desaparecen? ¿Permanecen cerca de la playa para vigilar el nacimiento de las crías? ¿Se alejan y pierden todo contacto con el sitio de anidación? ¿Harán largos viajes en otros ríos o solo a lo largo del río Meta? ¿Son migratorios? Estas son algunas de las preguntas que, según Germán Forero, director Científico de WCS Colombia, aún no tienen una respuesta. Y son, al mismo tiempo, lo que da sentido a este monitoreo.
El primer paso para el estudio fue la captura de 8 especímenes hembras de la tortuga de río sudamericana que ya habían puesto sus huevos, para instalar un transmisor acústico identificado con un número en cada uno de los caparazones .
A medida que estas tortugas marcadas se han movido, han emitido señales a cuatro receptores ubicados en estaciones fijas y flotantes a lo largo del río Meta (estaciones pasivas), tratando de cubrir el mayor tramo posible, que hoy es de al menos 80 kilómetros teniendo como referencia el asentamiento rural La Virgen (Arauca), el punto de medición más alejado es Agua Verde, aguas arriba del río Meta.
Mónica Nieto, encargada de monitorear las tortugas a diario, con la ayuda de Remigio Landaeta, un habitante de la comunidad, informa que 6 de las 8 tortugas han permanecido durante un mes en diferentes lugares del río, muy cerca de las playas donde anidaron, sin movimientos significativos. Eesto podría ocurrir porque tal vez encontraron mucha comida y pocos depredadores . "Es un comportamiento extraño, pero estamos esperando a ver qué sucede cuando el nivel del río comienza a aumentar con la influencia de la temporada de lluvias (prevista para junio)".
La profundidad es otro factor que podría estar influyendo en su presencia en la misma área, así como en las corrientes existentes. Y, además, podrían estar esperando el nacimiento de sus crías, un tema ya investigado en Brasil, donde demostraron que la comunicación entre las hembras y sus crías es posible y muy intensa, incluso cuando estas últimas aún no han nacido. A medida que las hembras pusieron sus garras en febrero, se esperaban los nacimientos para finales de abril.
Sin embargo, esto se pone en duda por la séptima tortuga que se está monitoreando, porque está a casi 67 kilómetros del lugar donde cavó su nido, río arriba, como si quisiera ir a Casanare. La octava tortuga con transmisor no ha sido localizada desde que fue liberada con el equipo instalado.
Una vez que se complete el monitoreo se espera poder sugerir medidas adicionales de protección y preservación para la región. " Si sabemos dónde están las hembras y tenemos información decisiva sobre sus movimientos, podremos sugerir estrategias adicionales para su cuidado, con información precisa", señaló Forero.
En el siglo XIX, según narraciones históricas, Alexander von Humbolt vio algunas riberas en la región de Orinoquia teñidas de negro con gran cantidad de tortugas de río sudamericanas tomando el sol en las playas. Hoy, dos siglos después, todos estos esfuerzos científicos dirigidos por biólogos y apoyados y alentados por los habitantes de la región, se inspiran en estas anécdotas para contemplar un posible objetivo: el regreso de grandes poblaciones de estas tortugas de río, las más grandes de América del Sur. Y no se trata de igualar lo que vio el naturalista alemán, sino al menos asegurar la existencia de grandes grupos de tortugas, cuyas valiosas vidas pueden ser sostenibles en el tiempo, agrega el informe de la WCS Colombia.
