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En articulación con la Policía Nacional Ambiental y Carabineros, la Alcaldía de Acacías y el Batallón del Ejército Nacional "General Carlos Albán Estupiñán” detuvieron tala indiscriminada de vainillo, jobo y durazco, entre otras especies de un bosque en la zona rural del municipio.

 

VILLAVICENCIO.- En un operativo adelantado en una finca de la vereda Sardinata Baja del municipio de Acacias (META), gracias a denuncias de la ciudadanía, se encontró la afectación ambiental de una zona boscosa de 17.74 metros cuadrados, con diferentes especies arbóreas taladas como vainillo, jobo, caimo, durazo y mortesino.

Según Cormacarena, evidenció además la tala de 33 árboles y se hallaron 162 postes aserrados con longitud entre 2.50m a 2.70m equivalentes a 8 metros cúbicos, material que quedó en custodia de Cormacarena, junto con la motosierra que estaban talando el bosque sin los permisos requeridos para el aprovechamiento de las especies nativas.

En la diligencia, según informaron las autoridades ambientales, la Policía Nacional llevó a cabo la captura en flagrancia de dos personas y se inició el proceso de judicialización por violar el Código Penal que impone penas de 48 a 108 meses de prisión, y multas hasta de 15.000 salarios mínimos mensuales legales vigentes a quien destruya, inutilice o haga desaparecer los recursos naturales.

Esta acción acompañada por la autoridad ambiental hace parte de las estrategias establecidas en el nuevo Plan de Acción Institucional, que busca mejorar los procesos de atención de denuncias y la implementación de acciones efectivas que contribuyan a disminuir la deforestación en el Meta.

La Corporación recuerda que los árboles desempeñan un papel crucial en la absorción de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global. Tener menos bosques significa emitir más cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera y una mayor velocidad y gravedad del cambio climático, por lo que Cormacarena invitó a proteger los bosques nativos del departamento.

Los procesos de expansión agropecuaria (lícitos e ilícitos), que proliferan sin control bajo el modelo económico y el ambiente sociopolítico reinante, mantienen la deforestación como la tendencia de uso dominante en el país, segúnun documento reciente del IDEAM, entidad que cada año mide el comportamiento de la tasa de deforestación en Colombia.

La entidad considera, además, que la falta de mecanismos políticos adecuados permite a los grandes terratenientes mantener y expandir su control sobre el territorio, fenómeno que generalmente está asociado a prácticas violentas e ineficientes de uso de la tierra que convierten grandes zonas de bosque en pastizales con una baja densidad de animales o en sistemas agrícolas poco productivos (Grau y Aide 2008).

Simultáneamente, los pequeños agricultores, desplazados y con un mínimo apoyo estatal, se ven obligados a ampliar la frontera agropecuaria o a migrar a las zonas urbanas, lo que en algunos casos genera procesos de recuperación de la cobertura boscosa en las tierras abandonadas.