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La deforestación y los cultivos para usos ilícitos, como la coca, se presentan en al menos 15 de los 59 parques nacionales naturales, según el primer informe de PNN Cómo vamos.

 

BOGOTÁ D.C.- Aunque los 59 PNN colombianos conservan el 64.5 % de los ecosistemas del país, protegiendo una diversidad única en el planeta, 45 de estos –y en particular los 14 del Caribe- tienen ecosistemas con algún grado de amenaza, por lo que se deben implementar con urgencia acciones que garanticen su conservación y la permanencia de sus contribuciones ambientales.

Esta es una de las reflexiones que surgen del informe 2021 Parques Nacionales Cómo Vamos, iniciativa de la sociedad civil que fue lanzada este viernes en Bogotá, en un foro en el que participaron Sandra Villardy, docente de la Universidad de los Andes, y  Brigitte Baptiste, ex directora del von Humboldt y rectora de la EAN.

En su primer informe, Parques Nacionales Cómo Vamos invitó a reconocer la riqueza de estos territorios y su contribución al bienestar de la población colombiana, así como a entender que cada uno de los Parques del país tienen características muy diferentes, que los hacen únicos y que al mismo tiempo los llevan a ser vulnerables frente a los efectos del cambio climático.

Los 59 PNN conservan 17´613.380 hectáreas de biodiversidad, que por su buen estado de integridad ecológica generan diversidad de contribuciones al bienestar de los colombianos, que superan los límites administrativos, con ecosistemas que regulan el agua, que mantienen y producen suelos fértiles, y que son hábitat para los polinizadores y ayudan a generar control biológico ante plagas y enfermedades.

Además del Observatorio, fue entregado el Informe 2021 Parques Nacionales Cómo Vamos, dos productos construidos a partir de fuentes nacionales oficiales, del periodo 2012 – 2018 y por medio del análisis de 32 indicadores de los procesos biofísicos, sociales, productivos e institucionales, de los PNN del país y de los municipios donde se ubican.

Parques Nacionales Cómo Vamos y los nueve aliados que la conforman -fundaciones Santo Domingo, Corona, Natura y Alisos, WWF Colombia, WCS, Dejusticia, las universidades Javeriana y de los Andes-, manifestaron que aunque la generación de información sobre biodiversidad en el país y el acceso de la sociedad a la misma es un aspecto que, en términos generales, ha mejorado, los datos necesarios para identificar, evaluar y gestionar las contribuciones que genera la biodiversidad de los PNN a la sociedad colombiana, requiere de mayores esfuerzos. Estos deben ser coordinados desde las instituciones del Sistema Nacional Ambiental y las demás entidades que tienen competencia en el diseño y la planeación del país.

Con el Informe 2021 también se hace un llamado a fortalecer, en particular, la información y su acceso sobre los parques marinos y costeros, los inventarios de biodiversidad, aspectos sobre la salud de los ecosistemas y el estado de los valores objeto de conservación, así como a consolidar los diálogos de conocimientos en los Parques Nacionales cuyos territorios son compartidos con comunidades étnicas.

Diagnóstico preocupante

Los expertos identificaron que, si bien los Parques en conjunto mantienen un buen estado de su biodiversidad, hay indicios de los efectos negativos que puede estar causando en ellos la transformación de los territorios donde se ubican, así como el cambio climático, que se refleja en pérdida de glaciares, páramos, corales, sabanas naturales y bosques, lo que aumenta la necesidad de que el país se prepare para gestionar daños irreversibles.

La preocupación por el futuro de los Parques es aún mayor, ante el estado de amenaza de sus ecosistemas y de fenómenos como la deforestación y los cultivos de uso ilícito como la coca, que se presentan tanto en su interior como en los municipios que los rodean. En 15 de los 59 PNN hay cultivos de coca y deforestación.

Llama la atención los casos de los parques Catatumbo Bari, ubicado en Andes Nororiental, Paramillo y Sierra Nevada de Santa Marta, localizados en el Caribe, y Tinigua y Macarena en la Orinoquía, en los que confluyen, a su interior y en el contexto municipal, fenómenos asociados a deforestación, cultivos de coca y hechos de violencia, que evidencian entornos sociales e institucionales muy deteriorados, siendo el más afectado Catatumbo Bari.

Ante este panorama, Parques Nacionales Cómo Vamos instó al Estado a fortalecer los esfuerzos para enfrentar de manera estratégica, con implicaciones penales ejemplares a las empresas criminales que impulsan la deforestación, los cultivos de coca y la minería ilegal, que afectan a varios de los Parques Nacionales Naturales del país.

“Existen procesos muy dinámicos y en aumento como en los parques del arco amazónico, hay procesos crónicos en pocos parques, pero también hay procesos incipientes que deben ser gestionados de manera diferencial, con todas las capacidades del Estado”, afirma el Informe 2021 Parques Nacionales Cómo Vamos que se pueden consultar en el portal de la iniciativa (www.parquescomovamos.com) y es de libre acceso y consulta para el público en general.

Los habitantes de los parques

Otro aspecto que evidencia el Observatorio Parques Nacionales Cómo Vamos es la limitada información que existe de las dinámicas poblacionales de los Parques y que de manera histórica han preocupado a la opinión pública y al mismo Estado, las personas que viven al interior de ellos.

Según el Censo Nacional Agrícola, en 49 de los 59 PNN viven cerca de 23.200 campesinos. Sobre las comunidades indígenas y afrodescendientes se tienen pocos datos, a lo cual se suma que en 56 Parques, para el periodo de estudio, estaban registradas 17.634 unidades productivas agropecuarias.

Los PNN con mayor número de unidades productivas agropecuarias son Pisba en la territorial Andes Nororiental, Sanquianga y Farallones en el Pacífico, y Paramillo en el Caribe, todos con más de 1.000 unidades.

Según el Informe, la presencia de habitantes y de Unidades Productivas en los Parques hace necesaria “la implementación de acuerdos de uso, ocupación y tenencia, como instrumentos que se relacionen de manera directa y proporcional con las áreas con más habitantes y unidades productivas, necesaria para hacer una gestión de la conservación con los habitantes de los parques; solo el 44 % de los PNN cuentan con este tipo de instrumentos”.

La brecha social y la inequidad que existe en Colombia también es evidente en los Parques Nacionales Naturales y sus contextos municipales. El 63 % de los habitantes de los PNN viven en la pobreza y la incidencia de pobreza multidimensional en los contextos municipales, en promedio, es de 51,4 % y es más persistente en los contextos de los parques de tierras bajas y altas temperaturas, contrastando con los indicadores de los contextos de los parques ubicados en las montañas.

Aquí las contribuciones de los PNN a la economía nacional se convierten en un instrumento de beneficio para Colombia. Por lo tanto, es necesario avanzar en su identificación y valoración integral para el bienestar humano a escalas locales, regionales y nacionales. “Resolver preguntas como cuánto contribuye a la producción ganadera la regulación del agua en los Parques Nacionales o cuánto contribuyen los parques a la polinización de los cultivos agroindustriales aledaños, puede ser una oportunidad para mejorar su valoración, identificar otros ingresos y promover nuevas dinámicas económicas y sociales en los contextos territoriales, desde un enfoque que no destruya la naturaleza, en el que la conservación sea la base para generar valor”.

El informe proporciona un marco que alienta a los administradores de los recursos naturales a considerar acciones estratégicas con miras al futuro, para ver a la biodiversidad de los PNN como un activo del país, que dinamiza socioecológica y económicamente los territorios. Un ejercicio que debe articularse entre Gobierno, autoridades ambientales, entidades territoriales, sector productivo, academia, sociedad civil y comunidades locales como dinamizadoras de la transformación de los territorios.

Parques Nacionales Cómo Vamos nació en 2018 a partir de una iniciativa de la Fundación Santo Domingo y la Universidad de los Andes de la cual entraron a formar parte siete organizaciones, entre las que se cuentan la Red Colombiana de Ciudades Cómo Vamos.