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En los últimos 10 años, la Secretaría de Ambiente, el Jardín Botánico, la Empresa de Acueducto y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, han logrado empezar a recuperar 76 hectáreas afectadas por los incendios forestales en los cerros orientales.

Según los cálculos de la SDA, por cada hectárea afectada por el fuego, el costo del proceso de restauración es de aproximadamente $12.700.000, sin contar con la inversión en el mantenimiento posterior de las plantas sembradas.

A estas zonas se toman más de 15 años para reverdecer, razón por la cual las inversiones realizadas se quedan cortas.

“Hacemos un llamado para que la ciudadanía en general participe en la prevención de los incendios, denunciando cualquier columna de humo a la línea 123, y evitando hacer cualquier tipo de fogatas y quemas en esta zona”, manifestó Juan Antonio Nieto Escalante, Secretario Distrital de Ambiente.

En las jornadas de plantación, las autoridades también realizan el retiro de dos especies altamente invasoras, los retamos liso y espinoso, plantas europeas consideradas pirógenas, que fueron introducidas en los años setenta. Los retamos son de alta combustibilidad, fácil adaptación y dispersión.

“Todo aquel que plante, trasplante, venda, distribuya o comercialice los retamos espinoso y liso podría pagar multas de hasta 5.000 salarios mínimos mensuales legales vigentes”, advirtió el Secretario de Ambiente.

Sectores como La Aguadora, Santa Ana, la quebrada La Vieja, el cerro El Cable, Monserrate, los Tanques del Silencio, el cerro de Guadalupe y la cuenca del río San Cristóbal, han sido los sitios beneficiados con las jornadas de restauración ecológica.

Algunas de las especies nativas con las que han empezado a ser restauradas las 76 hectáreas son arboloco, arrayán, corono, encenillo, mano de oso y mortiño. Las jornadas son apoyadas por el Fondo para la Prevención y Atención de Emergencias y el Instituto Distrital de Recreación y Deporte.

Esta restauración Distrital permite que en el terreno empiecen a verse brotes de verde. Sin embargo, Nieto Escalante aclaró que para volver a su estado original podrían pasar varias décadas. “Por más que se invierta en restauración, los procesos naturales son lentos. En 15 años podrían presentarse más incendios si la comunidad no pone de su parte”.