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Luego de un proceso de coordinación entre los investigadores de la Fundación Omacha, la subdirección técnica de Parques Nacionales Naturales y la Fuerza Aérea Colombiana, el 5 de marzo se realizó un nuevo desplazamiento aéreo a través de un helicóptero de la base aérea “Coronel Luis Arturo Rodríguez Meneses”, Marandúa, en desarrollo de las tareas de monitoreo de Sara, a través de su collar satelital.

Esta operación de vuelo permitió el aterrizaje en la zona previamente localizada, y luego de una última búsqueda, el collar fue hallado al lado de los restos de Sara. Su travesía había terminado. La causa de su muerte aún no está establecida y el equipo técnico se encuentra haciendo la respectiva investigación para definirla.

A pesar de que este desafortunado desenlace había sido considerado como uno de los posibles escenarios a los que estaba expuesto el proceso de liberación del jaguar, no deja de ser un hecho lamentable ligado a la enorme problemática del tráfico y tenencia ilegal de fauna en Colombia.

La lucha que Sara tuvo que enfrentar para recuperar su libertad, es solo una mínima muestra de las consecuencias que trae esta actividad ilícita en la sociedad.